Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles IV del Tiempo de Adviento.
Lecturas: Lc 1, 39-45..
Un texto muy conmovedor, para saborear e ir poco a poco descubriendo la grandeza de este acontecimiento y de estas palabras. Cada frase de Isabel tiene un gran sentido y mensaje.
Esta mujer llena de Espíritu Santo sabe reconocer al Señor y la grandeza de María; y sabe admirar la fe de aquella que se fía de Dios plenamente.
Podemos hoy visualizar este encuentro entre María e Isabel, oír sus palabras, y admirar a María, igual que lo hace Isabel.
Estemos con el Señor, y pidámosle ser como estas mujeres: abiertas al Espíritu, confiadas al Señor. Hombres y mujeres de Dios.
José Luis, vuestro Párroco