Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado IV del Tiempo de Adviento.
Lecturas: Lc 1, 67-79.
Un cántico largo, respuesta de Zacarías ante su afirmación del nombre de Juan, muy parecido al cántico de María, aunque en versión masculina.
Si leemos detenidamente este himno, veremos qué debajo hay una profunda acción de gracias por la actuación de Dios que «nunca abandona a su pueblo», a toda la humanidad.
Unida a esta acción de gracias, está el reconocimiento de la fidelidad, la lealtad de Dios.
Podemos hoy leer y contemplar este cántico, prólogo de la Navidad, y sentir ese gran e inmenso amor de Dios hacia todo ser humano, y hacia cada uno de nosotros, hacia ti, hacia mi…ese amor de Dios que nos rodea y nos llena. Una buena entrada al tiempo de Navidad.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco