Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo. Bautismo del Señor. Ciclo A
Lecturas: Is 42, 1-4.6-7; Sal 28; He 10, 34-38; Mt 3, 13-17.
Culmina el tiempo de Navidad con una fiesta entrañable: el Bautismo de Jesús.
En este día todo se orienta a contemplar y admirar al Señor.
El profeta, Lucas en su obra de los Hechos, y el Evangelio nos llaman a contemplar a Jesús: mirad, recordad (y saboread) lo que ocurrió en Israel, admirad lo que ocurre en el Jordán…todo dirigido a contemplar.
Hoy Jesús se revela como el Hijo de Dios (Dios mismo le presenta), con un estilo muy único y muy propio: no gritará, no voceará…
Hoy podemos contemplar quién es Jesús, y el estilo propio de Él: la caña no la romperá…
Hoy Jesús se revela como el Hijo de Dios con un talante único, el talante del ser pacífico, de buscar la paz y la justicia.
Os sugeriría leer despacio estas lecturas, y dejaros llenar por ellas, saborearlas.
Estemos con Él.