Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes IV del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 5, 21-43.
Un Evangelio largo, y muy lleno de contenido.
Hoy podemos descubrir ampliamente a Jesús.
El Señor se encuentra inmerso en un grupo grande de gente. Pero siempre tiene tiempo para aquel que le busca. Siempre disponible.
A pesar de estar inmerso entre la gente, Jesús tiene sensibilidad hacia quien le busca: nota «que alguien le toca».
Y, como siempre, atento a aquel que le busca y le pide con confianza, como la mujer con hemorragias.
Cuando dice o da una palabra, siempre de salvación.
Continuamos con el texto: Jesús no ve una niña muerta, ve una niña dormida. Siempre palabras de salvación. Aunque se burkennde Él.
Podemos hoy leer este texto, imaginarlo, vivirlo, y descubrir un día más como es Jesús. Estemos con Él..
José Luis, vuestro Párroco