José, esposo de María, madre de Jesús. Descendiente de David, José es el padre putativo de Jesús, a cuyo nacimiento asistió en Belén.
Vivió en Nazaret ejerciendo el oficio de carpintero y, al parecer, murió antes de que comenzase la vida pública de Jesús.
Su culto, extendido en Oriente antes del siglo V, no llegó a Occidente hasta la Edad Media.
En 1870 fue proclamado patrón de la Iglesia universal; es también patrono de los carpinteros y de los moribundos.
San José encarna las virtudes de la honestidad, el amor al trabajo y la fe inquebrantable en Dios. Los hechos relativos a su vida aparecen en los Evangelios, sobre todo en los de San Mateo y San Lucas.
Descendiente de la casa del rey David, José se casó con María, pero, antes de que cohabitasen, supo que María había concebido un hijo. Él «como era realmente bueno y no quería denunciarla, determinó repudiarla en secreto» (Mateo 1:19). Sin embargo, un ángel se le apareció en sueños y le reveló que el hijo que María tenía en su seno había sido concebido por obra del Espíritu Santo.
Tras el nacimiento de Jesús en Belén, San José, avisado de nuevo por un ángel, tomó a Jesús y a la Virgen María y los condujo a Egipto para huir de la furia del rey de Judea, Herodes el Grande. A la muerte del monarca, y después de una nueva revelación del ángel, San José retornó a su país; pero, por temor al sucesor de Herodes, la familia no se estableció en Belén, sino en Nazaret de Galilea. Allí San José ejerció su oficio de carpintero.
Los evangelios citan por última vez a San José en el episodio (narrado por San Lucas) en el que Jesús se perdió durante una visita a Jerusalén, y fue hallado por sus padres en el templo, discutiendo con los doctores. Nada cierto se sabe acerca de la muerte de San José, aunque por la narración evangélica parece probable que fuera antes de que Jesús iniciara su vida pública.
El culto a San José comenzó posiblemente entre las comunidades cristianas de Egipto. En Occidente fueron los servitas, una orden mendicante, quienes en el siglo XIV comenzaron a festejar el 19 de marzo como la fecha de la muerte de San José, y esta devoción tendría luego impulsores como el papa Sixto IV y la mística española Santa Teresa de Jesús. El papa Pío IX lo declaró patrono de la Iglesia universal el año 1870. Casi cien años después, en 1955, Pío XII instituyó la fiesta de San José Obrero el 1 de mayo.