Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo de Ramos en la Pasión del Señor (ciclo A)
Lecturas: Is 50, 4-7; Sal 21; Flp 2, 6-11; Mt 26, 14-27,66.
Las dos primeras lecturas, tanto el profeta como Pablo, son una maravilla, una genial introducción a contemplar al Maestro en la lectura de la Pasión del Señor.
El profeta nos introduce en fijarnos en la figura del siervo entregado; Pablo nos lleva al misterio del «abajamiento» de Dios, tan solo propio del Misterio.
En el Evangelio podemos ir descubriendo como Jesús «se deja hacer», no opone ninguna resistencia a dejar que el mal vaya triunfando en Él, como pasa con tantas víctimas en toda la historia… Se identifica con ellas. Será uno de tantos como Él mismo eligió ser. Fiel hasta el final. Nunca utilizando su «poder» como Dios. Entregado plenamente.
Podemos leer despacio cada lectura, y dejarnos arrastrar por el Señor. Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco