Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Pascua de Resurrección del Señor.
Lecturas: Jn 20, 1-9.
Me parece precioso este Evangelio…mucho más con lo que viene a continuación: el encuentro con Magdalena.
María Magdalena está «loca de amor» por Jesús. Muy pronto, en cuanto ha podido después del viernes fatídico, va a la tumba de Jesús. Tan pronto que aún está oscuro. Ella busca una tumba con un cadáver. Y se encuentra con algo muy diferente.
Busca el apoyo y la comprensión de la comunidad, de la familia de discípulos (aunque se han portado muy mal en los momentos difíciles)
Ellos aprenden de Magdalena: también van a la tumba. Pero allí, el Señor no está. Ante esto, ahora se dan cuenta; ahora entienden lo que les había dicho el Señor.
Este es el gran mensaje: a pesar de que nos movemos en oscuridades, con limitaciones, con pecado…Dios está vivo y nos llama a la vida, a pasar de la oscuridad a la luz, de la fragilidad a la vida.
Como los discípulos, con Magdalena incluida, aprendamos a buscar y a creer en Jesús.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco