Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes de la III semana de Pascua (Ciclo A).
Lecturas: Jn 6, 22-29.
Iniciamos el discurso del Pan de Vida.
Hoy Jesús se va a revelar como quién da la vida, es el alimento que perece y el que no perece. Un hombre misterioso que no desea triunfar, ser rey, que se marcha de la fama y el tumulto, que «camina sobre las aguas», que invita a buscarle.
Pero, en definitiva, una persona íntimamente unida a Aquel que le ha enviado, el Único que puede dar vida.
Podemos dejar resonar las palabras de Jesús en nuestro interior, y sentir su llamada a buscarle, a estar con Él, a tener fe en Él.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco