Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana XV del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Lecturas: Is 55, 10-11; Sal 64; Rom 8, 18-23; Mt 13, 1-23.
Jesús es realmente la buena tierra que acoge la Palabra, deja que enraice en Él, y da fruto de vida.
Como dice la primera lectura, el Espíritu es como la lluvia que hace posible dar fruto.
Y como indica Pablo en su carta a los Romanos, estamos deseando, nosotros y toda la creación, que Dios nos lleve para dar ese fruto.
Si dejamos que el Evangelio hoy nos interpele, creo que encontramos con que la tierra auténtica abierta a la lluvia, al Espíritu, es Jesús..qué, además, es la noticia de la salvación que Dios nos envía, esperada por Reyes y Profetas.
Podemos hoy para orar leer despacio estas lecturas, y contemplar a Jesús, persona abierta al Espíritu, y pedirle ir siendo como el Señor.
José Luis, vuestro Párroco