Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana XVI del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Lecturas: Sab 12, 13.16-19; Sal 85; Rom 8, 26-27; Mt 13, 24-30.
Jesús hoy nos transmite su experiencia de vivir inmerso en este mundo, donde el mal y el bien se encuentran profundamente mezclados.
Me gusta quedarme con la primera frase de la primera lectura: «fuera de ti, no hay un Dios que cuide de todas las cosas»
Hoy está palabra nos revela a un Dios inmerso con nosotros en este mundo, que cuida de todas las cosas, y que «escucha» a toda la creación para llevarla a su plenitud. Un Dios que escucha lo más profundo de cada persona, de cada cosa creada, de toda la creación; que busca llenar todo de vida. Un Dios con paciencia para salvar todo lo salvable.
Jesús, bien metido en todo este mundo, nos recuerda que Él desea lo mejor para nosotros, desea nuestra salvación.
Podemos ir hoy leyendo con atención cada lectura, y dejarnos sorprender por el amor que Dios nos tiene, manifestado en cada una de ellas. Pedir al Señor que seamos personas de esperanza en Él.
José Luis, vuestro Párroco