Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves semana XXVII del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Día 12 de octubre, Nuestra Señora del Pilar.
Lecturas: Lc 11, 27-28.
La tradición de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza tiene un sentido muy entrañable como muchas tradiciones populares.
María, y Dios a través de ella, está muy cercana a aquellos que se quiebran, se rompen, sufren.
Recordemos lo que dice esta entrañable tradición: Santiago Apóstol está hundido: en Hispania nadie apenas le hace caso. Su tarea como evangelizador está siendo un fracaso. Y el pobre está hundido. Justamente en este momento, María le da consuelo y paz.
Jesús con este Evangelio se muestra muy cercano a esta realidad: María es la mujer que mejor ha escuchado la Palabra, y por ello, no solo por ser su madre biológica, es Dichosa, Bienaventurada.
Parece que esté texto evangélico la deja no muy bien, pero realmente la realza. Ella es Dichosa porque es capaz de escuchar.
Jesús, a la vez, abre la puerta a la pertenencia a su familia.
Pidamos a Dios capacidad para escucharle. Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco