Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana XXVIII del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Lecturas: Mt 22, 1-14.
Creo que el Señor desea presentar como es el Padre con esta parábola. O más bien, Jesús vive así al Padre.
El Señor muestra con esta parábola a un Padre que no deja de invitarnos a su banquete, a la vida…aunque a veces demos «malas respuestas».
El Padre no deja de convocar, de invitar. E invita a todos, «malos y buenos». Nadie sobra para Él.
¿Qué nos pide?
La apertura, la capacidad de decir que si al Padre, es lo que nos pide.
No pide un triunfo, sino vivir abiertos al Padre. Igual que Jesús.
Podemos leer despacio este pasaje, y ver así a Jesús: Él ha descubierto que el Misterio está continuamente invitándonos a la vida. Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco