Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado semana XXIX del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Día 28 de octubre, fiesta de los santos Simón y Judas, Apóstoles
Lecturas: Lc 6, 12-19.
Es sorprendente más que los nombres concretos de los Apóstoles, la intención de Jesús que descubrimos en esta lectura.
El Señor antes de dar un paso importante, dedica un tiempo largo a orar: sube al encuentro con el Padre, en la noche, donde todo está en calma, dormido, y nada le distrae.
Elige a personas «del montón». No a lumbreras ni a genios, ni a aristócratas, sino personas reales, de carne y hueso, que no brillan, sino que le conocen, y tienen experiencia de estar con Él.
Y luego, les deja ver lo que Él hace: cura, sana, expulsa el mal. Sobre todo, libera a los atormentados. Tal vez para que vean, veamos, y hagan, hagamos, lo mismo que Él.
Hoy celebramos a Simón el Celotes, y a Judas el de Santiago, dos hombres que son capaces de descubrir a Jesús, dejarse «enamorar» por Él, y, con su caminar en la vida, darle su ser.
Pidamos a Dios descubrirle, vivir nuestro proceso, y enamorarnos de Él.
José Luis, vuestro Párroco