Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo semana XXX del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Lecturas: Mt 22, 34-40.
Desde luego que este texto revela uno de los sentimientos más íntimos y fuertes de Jesús.
El Señor vive un amor intenso por el Padre. Pero ese amor no le hace encerrarse en si mismo, o en una comunion tan intensa con el Misterio que pierda de vista la presencia de las personas.
Ese amor al Padre le lleva a amar sin condiciones a aquellos que le rodean, su prójimo. No sólo no le encierra, sino que le empuja al Amor, le empuja a amar.
Hoy podemos contemplar así al Señor: el que ama sin condiciones a las personas, con el corazón puesto en Dios.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco