Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes semana XXXIV del Tiempo Ordinario. Ciclo A
Lecturas: Lc 21, 5-11.
Estamos en la última semana del tiempo ordinario. Una temática apocalíptica.
Ahora bien, se nos muestra la propia vivencia del Señor. En tiempos muy extremos, últimos, Jesús vive la plena confianza en el Padre.
Así podemos ver en este texto lo que vive Él.
Jesús no se queda en lo puramente externo, en la belleza aparente, va mucho más allá.
No se queda en lo meramente material, ni en las supuestas revoluciones o dificultades, ni en las revueltas, ni tan siquiera en que lo que da seguridad que se pueda tambalear (como los astros del cielo, dioses del mundo clásico, como el Sol y la Luna)
Jesús se apoya en el Padre. Cuando todo tiembla, Jesús solo se apoya en el Padre, Misterio de la vida y del ser.
Hoy podemos contemplar esta Palabra, descubrir a Jesús cuyo solo apoyo es el Padre, y pedirle ser como Él, apoyarnos ante todo en Dios.
Estemos con Jesús.
José Luis, vuestro Párroco