Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves semana XXXIV del Tiempo Ordinario. Ciclo A.
Día 30 de noviembre, fiesta de San Andrés, Apóstol.
Lecturas: Mt 4, 18-22.
Jesús ve, se acerca, llama.
El Señor Dios está inmerso en la vida, pasea, conoce, se acerca, y llama a quien quiere.
No sabemos los criterios que maneja, pero sí lo que pretende: la tarea o misión de anunciar el Evangelio. Ser pescador de hombres no es «limpiar el cerebro», hacer adeptos, sino anunciar a ese Dios Padre que tanto ama al ser humano. Por ello, es también presentar el proyecto del mundo soñado por el Padre, el proyecto de su Reino.
Jesús elige a Andrés. Hoy se nos cuenta también la llamada a otros tres. Me imagino que tiene una cierta intimidad, confianza, con ellos. Les conoce. Nos conoce.
Hoy podemos visualizar este relato evangélico, ver a Jesús cómo se acerca, cómo les llama, qué les dice…y sentir al Maestro que hoy se nos acerca a cada uno, y nos sigue llamando por nuestro nombre. Nos conoce…y nos ama.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco