Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes semana III del Tiempo de Adviento. Ciclo B.
Lecturas: Lc 1, 46-56
Un texto evangélico para leer despacio, saborear, volver a leer y volver a saborear…
María alaba a Dios por lo que Él hace en ella,+ y en el mundo entero: eleva y salva a los oprimidos, a los últimos, a los que no quiere nadie…¿Y quienes son estos? Aquellos que sufren.
Todos tenemos gran parte de pobres, de débiles, de últimos. Dios nos sigue salvando.
María glorifica a Dios por lo que Él hace, por qué Él tan solo salva, nunca condena. También le alaba porque el Señor se fija en alguien débil, como es ella, y le pide colaboración para llevar adelante su plan de salvación.
Hoy podemos leer este cántico despacio, y contemplar a María, contemplar la acción de Dios, como es nuestro Dios.
Leamos este Evangelio, y estemos con Dios.
José Luis, vuestro Párroco