Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles III del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 4, 1-20.
Hoy el Señor se nos revela como la tierra buena que acoge la palabra de Dios.
Podemos leer despacio este pasaje evangélico, y descubrir tranquilamente con quién se va a identificar el Señor: Él es la tierra buena que acoge, cuida, deja echar raíces, confía, y hace brotar la planta para luego dar una fructífera espiga.
¿A qué nos llama? A pedirle ir siendo como Él: esa tierra que acoge la palabra, y deja que eche fruto.
Leamos este Evangelio, y estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco