Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo V del Tiempo Ordinario.
Lecturas: Mc 1, 29-39.
Un Evangelio admirable. En muy poco texto descubrimos la persona especial de Jesús, su tarea y misión, y nuestra vocación al seguimiento.
Hoy el Señor se nos revela como el Maestro que habla en nombre de Dios, el profeta que enseña como es el rostro del Padre.
También como el hombre que sirve, que sana y cura, que ayuda y expulsa el mal: es el rey que desde la cercanía y la compasión, el amor, cambia el mundo.
Y también como el hombre orante, con una profunda relación con el Padre. Es el sacerdote pleno, puente entre Dios y los hombres, pontífice.
En Jesús encontramos el gran modelo de cristiano, Aquel a quien seguimos, el hermano que nos da la mano y nos acompaña, llenando nuestro ser de sentido.
Contemplar a Jesús es increíble: el único Señor a quien merece la pena entregar nuestra vida.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco