Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes de la semana IV de Cuaresma. Ciclo B.
Lecturas: Jn 4, 43-54.
Un texto muy entrañable, para reconocer y saborear como es el Maestro.
Jesús vuelve a su tierra, sabiendo que tal vez no sea bien recibido. Y allí se encuentra con uno que confía en Él.
Aún así pone a prueba la fe de este hombre. Y la fe «triunfa».
Hoy podemos leer despacio este pasaje evangélico, imaginar el diálogo entre el funcionario y Jesús, y palpar como Jesús ante la confianza, cede. Jesus que no hace otra cosa que dar vida, dar paz. Y ante la angustia de un hombre con un hijo enfermo, «mi niño», el Maestro va a ceder. Podemos también sentirnos como este padre ante Jesús, dialogando con Él, y poner en sus manos nuestras angustias y preocupaciones.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco