Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles de la II semana de Pascua (Ciclo B).
Lecturas: Jn 3, 16-21.
Desde luego que encontramos toda una enorme revelación: Jesús vive el gran deseo del Padre: salvar el mundo entero.
Dios desea tanto la salvación de la creación que envía a su propio Hijo para manifestar su gran amor.
Aceptar a Jesús, el Hijo Único de Dios, es aceptar su deseo. Y aceptar ese deseo es aceptar la salvación, es aceptar a Dios, es creer en Él.
Hoy podemos leer despacio estas palabras, y saborear el deseo grande de salvación de Dios para el mundo entero.
Estemos con Él..
José Luis, vuestro Párroco