Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles de la VII semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mc 9, 13-14.
Jesús hoy se revela como alguien muy muy abierto.
El mundo judío del tiempo de Jesús, como muchos otros pueblos, era muy selectivo.
Nosotros, los buenos y acertados. Los otros, los malos y equivocados. Hasta somos elegidos por Dios.
Hoy está actitud también se da entre nosotros. Con frecuencia estamos ideologizados. Y pensamos que poseemos la verdad. Es curioso que hasta quienes luchan contra lo selectivo, acaban por ser selectivos con quienes no piensan como ellos.
Jesús es muy diferente: no pone fronteras. Y no las pone de verdad. No vive una mera imagen, sino que esa apertura es real en Él. Plenamente real. Se fija ante todo en el corazón de las personas.
Hoy podemos contemplar así al Señor: el Dios abierto que valora el corazón de aquellos que hacen el bien, sin importarle los títulos ni las apariencias.
Estemos con este Jesús, este Dios, que es para todos, para toda la humanidad.
José Luis, vuestro Párroco