Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles de la IX semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mc 12, 18-27.
Parece que estos dos Evangelios, del martes y del miércoles, desean «coger» a Jesús. Nos narran dos acontecimientos donde se desea «pillar» al Maestro.
Pero podemos tener en consideración algunas realidades.
Se «acercan» a Jesús. Fariseos, herodianos, saduceos, se acercan al Señor.
También le plantean algo de la vida eterna, aunque con la intención de burlarse y ridiculizar. El Señor, la afirma, la revela, y nos anuncia «será distinta» de lo que pensáis. Porque Él, Dios mismo, es el Dios de los vivos.
Hoy podemos contemplar así este pasaje evangélico: desear acercarnos al Señor, y escuchar sus palabras: nuestro Dios es el Dios de la vida.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco