Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado de la XI semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mt 6, 24-34.
Muy lejos de una ingenua concepción de la vida, este Evangelio nos revela como vive el Señor: confía toda su vida al Padre, pero ello le lleva a «buscar el reino de Dios y su justicia». Es decir, aunque deja su existir en las manos de Dios, trabaja con todo su afán por el proyecto del Reino. Como si todo dependiera de Él, sabiendo que realmente depende del Padre.
Jesús va a caminar confiado en las manos de Dios, manos que le abrazan y acarician con infinita ternura, pero no deja de avanzar, de hacer, de anunciar.
Hace y confía.
Cada uno de nosotros al contemplar como es Jesús, somos invitados a vivir y ser como Él. Trabajamos por un mundo donde el proyecto de Dios sea cada día más real, pero sabiendo que nuestro trabajo no es «quien lo hace», sino la fuerza que recibimos del Padre. Así vivió Jesús.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco