Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado de la XIII semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mt 9, 14-17.
Descubrir cómo es nuestro Dios, y Dios que nos ama incondicionalmente, es motivo de enorme alegría. Descubrir a la fuente eterna de la vida, que nos hace brotar, nacer, existir, sentir, amar, pacificar, sociabilizar, esperanzar…en definitiva, vivir, y vivir libremente. Un origen de vida que nos acepta tal y como somos, misericordia entrañable, amor sin límites…nos puede llevar a una profunda e inefable alegría.
Así lo vivió Jesús. Y así lo revela este texto evangélico.
Pero, además, Jesús se muestra como el esposo que nos ama tiernamente, símbolo humano del que nos ama sin limite…
Hoy podemos leer este Evangelio, aparentemente árido, desde esta perspectiva: descubrir al que nos ama intensamente, y del cual Jesús es reflejo.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco