Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo de la XVI semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mc 6, 30-38.
Día a día, el Evangelio nos muestra como es el corazón del Maestro, que es reflejo de cómo es el corazón de Dios. El rostro humano de Dios es Jesús.
Hoy podemos descubrir parte de ese corazón, de los sentimientos de Dios.
Jesús se muestra hoy muy humano: se cansa, busca un lugar tranquilo, desea tener intimidad con sus discípulos, que son realmente su familia. Una experiencia y realidad muy propia de estos días veraniegos para nosotros. Desea descansar.
Pero, por encima de su cansancio y apetencia, está el amor: ante quienes le buscan, siente cariño, siente compasión.
Hoy podemos contemplar a este Jesús, muy humano y a la vez, amante, compasivo, entrañable.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco