Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes de la XVI semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mt 13, 18-23.
Jesús hoy con esta parábola desciende a lo más sencillo y humilde para revelarnos algo sublime: el deseo de Dios de que demos fruto, y fruto de vida.
Creo que más que desear ser buena tierra que acoja la palabra, el Espíritu, y dejar que Él actúe en nosotros, es contemplar hoy también al Señor Dios: Él desea ardientemente que demos fruto, que seamos como Él, fuentes de vida. Tal vez aquí se encuentra nuestra más plena realización.
Hoy podemos contemplar así al Señor: ese deseo suyo de dar vida, haciéndonos donantes de vida y amor.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco