Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves de la XXII semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Lc 5, 1-11.
Otro pasaje evangélico para visualizar. Al ser de un encuentro de Jesús con personas, es bonito y fácil que nos llegue al corazón. Por eso lo podemos leer y releer, saborear.
Leyendo despacio este texto, hoy podemos descubrir como Jesús se revela cercano, enseñando, orientando, buscando lo mejor para el otro.
Por último, se revela como el portador del Misterio: manda echar las redes, toca el corazón, se manifiesta como Alguien especial, llama al seguimiento de sí…
¿Qué tiene su persona cuando dejan, dejamos, atrás sus cosas, y le siguen?
Hoy podemos contemplar así a Jesús: el hombre reflejo del Misterio.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco