Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo de la XXV semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B).
Lecturas: Mc 0, 30-37.
Un texto altamente revelador. Si lo escuchamos con atención, podemos reconocer con más profundidad quién es el Mesías. Pero más que conocer intelectualmente, nos hace falta tener una experiencia de encuentro con el Señor de la Vida. Por eso es muy importante saborear el texto, meternos en él.
Hoy Jesús se manifiesta mostrando su destino de entrega total, en una confianza plena en el Padre, que hasta le puede levantar de entre los muertos, aunque tenga que pasar y vivir una cruel pasión. E insiste en que lo suyo es servir. Amar que le lleva a servir del todo. No hay otra forma de vivir en cristiano: el amor que nos lleva al servicio a los demás, a la entrega radical. Igual que lo hace Él.
Hoy podemos contemplar así al Señor: hombre entregado totalmente, confiado del todo en Dios.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco