Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes de la XXXII semana del Tiempo Ordinario (Ciclo B)
Lecturas: Lc 17, 26-37.
Un texto a mi entender muy difícil
¿Qué experiencia de Jesús podemos sacar de este texto?
Lo primero es indicar que estamos ante un texto apocalíptico: nos habla del fin de los tiempos. Las figuras y metáforas que utiliza son para caer en la cuenta de un mensaje muy especial.
Jesús con estas palabras nos indica que nadie va a quedar impune a la presencia real del Padre, ya que el encuentro con Dios es el fin del tiempo para cada uno. Todos tendremos que encontrarnos con el Señor.
¿Qué nos pide ese encuentro? Qué nos pensemos como estamos respondiendo a nuestra vocación universal de ser persona, vocación que nos lleva a cuidar y respetar de este mundo, y, por tanto de cada persona con quien nos encontramos.
¿Que es el cadáver? Las faltas de amor, de respeto, de sensibilidad provocan la muerte. El cadáver es aquel que ha «matado» al amor.
Las aves de rapiña reconocen el cadáver. Reconocen a quienes se han dejado llevar por ideologías, costumbres y corrientes del mundo que poco tienen que ver con la verdad, la justicia y el amor del reino de Dios.
Por tanto, ¿qué nos pide hoy Jesús? Vivir como Él, amando y confiando, no dejando que nuestra vida se concierta en un cadáver. Vivir, como Él, sembrando vida.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco