Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves de la semana XXXIV del Tiempo Ordinario (Ciclo B)
Lecturas: Lc 21, 20-28.
Un texto complejo.
En primer lugar, Jesús anuncia las tremendas dificultades que van a acontecer a Israel, y que podemos entender a todo el mundo: ¿Porqué? Ocurren por no haberle escuchado. Es lo que ocurre, por tanto, a la humanidad cuando camina de espaldas a Dios.
Lo segundo apunta ya a una experiencia personal de Jesús, y que también podemos extender a todos: a pesar de todas las dificultades que podamos tener, el Padre Dios nos levanta y nos libera. Por ello se puede exclamar «levantaos, alzad la cabeza, se acerca nuestra liberación». Jesús vivirá la cruz, pero se sentirá liberado, resucitado por el Padre.
Hoy podemos contemplar así a Jesús: vive la dificultad, pero confía y espera plenamente.
José Luis, vuestro Párroco