Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes IV del Tiempo de Adviento. Ciclo C.
Día 23 de diciembre.
Lecturas: Lc 1, 57-66.
Hay en todo este relato una gran circunstancia social: se enteraron sus vecinos, se alegraban por lo que Dios hizo en ella, hablan sobre el nombre del niño, se quedan sobrecogidos ante la elección del nombre…
Parece como un preámbulo acerca de un deseo de Dios: crear una familia, una gran familia.
Hoy podemos leer este Evangelio, descubrir el deseo grande de Dios de salvar a toda la humanidad (el Precursor desea prepararnos a acoger al Mesías, que viene para salvar) y ver el inicio del plan de Dios en esa «familia» o comunidad que se va formando al convivir.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco