Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado. Feria de Navidad. Ciclo C
Día 4 de enero.
Lecturas: Jn 1, 35-42.
Estamos ante un texto para admirar y contemplar. Sería muy bueno leerlo lentamente, e ir visualizando lo que se nos narra.
En todo el texto hay grandes revelaciones: cómo Juan Bautista declara quien es Jesús, el encuentro entre Juan y Andrés con Jesús, las palabras que se intercambian, la invitación a estar con Él…
Pero hay un detalle que siempre me ha tocado el corazón: el Apóstol Juan, que describe este acontecimiento, se acuerda muchos más años más tarde hasta de a qué hora conoció a Jesús. ¿Qué tendría el Maestro para hasta esto grabarlo en el corazón del Apóstol?
Al visualizar este relato, hoy podemos fijarnos más en como sería la mirada del Señor. Cómo miró a aquellos discípulos…como nos mira a cada uno. Escuchemos hoy su voz, también.
Y estemos con el Señor que nos dice a cada uno «venid, y lo veréis».