Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Viernes de la VI semana del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Mc 8, 34- 9, 1.
Me quedo hoy con Dos ideas de este texto Evangélico. Realmente hay mucha más profundidad que lo que yo pueda mostrar.
Tomar la cruz. Mantengo que el Señor Jesús no es un sádico ni un masoquista. Ni quiere que sus discípulos sufran, ni el desea el dolor. ¿Como entender esta expresión? El Señor Jesús vive el amor a los suyos, y fruto del amor es la entrega. Por el bien del amado nos entregamos sin medida. Y Jesús ama así, sin medida. La cruz es la entrega de uno mismo por amor. Porque yo quiero al otro le entrego mi tiempo, mi persona, mis fuerzas, mis capacidades. Jesús así lo vive. Quién quiera seguirle, por tanto, que viva como Él.
Algunos de los presentes verán llegar el Reino de Dios. Efectivamente, de los que le escuchaban entonces contemplaron la entrega radical del Señor. Igual que hoy la seguimos contemplando…¡Y cuanto nos sigue hablando! La contemplamos en Jesús, y en muchas personas que hoy siguen viviendo el amor.
Pidamos a Dios descubrir más intensamente ese amor, para seguir como discípulos al Señor.
José Luis, vuestro Párroco