Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes de la VII semana del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Mc 9, 14-29.
Todo este pasaje evangelico es una revelación de la total compasión de nuestro Dios.
Según leemos el texto, podemos ver qué Jesús se acerca, pregunta, indaga, realiza una acción salvífica frente al mal, realiza un gesto entrañable de amor, toma al niño de la mano, y le devuelve su dignidad. Fuera de la reprensión que hace al principio, es compasivo hacia la falta de fé, o inmadurez, y muestra que la oración, el encuentro con Dios, es el camino para salvarnos del mal.
Por supuesto, el Señor es sensible ante el dolor del padre, y ante la petición, creo ,Señor, pero aumenta mi fe, …»ayúdame».
Podemos leer despacio este Evangelio, descubrir sus diálogos, y descubrir un día más la impresionante humanidad de nuestro Dios.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco