Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Pascua de Resurrección del Señor.
Lecturas: Juan 20, 1-9.
Creo que para vivir bien este domingo tan especial, hace falta vivir antes toda la tragedia y dolor de los dias anteriores. Días que nos revelan nuestra realidad: el Señor Jesús va a vivir una pasión tremenda fruto del mal y de la injusticia que habitan en este mundo.
¿Cuantos hoy viven esa maldad e injusticia? ¿Quién no ha vivido el dolor y la angustia, fruto de la maldad, o fruto de nuestra limitación como creaturas?
El Padre «pasa» por el cuerpo muerto y destrozado de Jesús, y le lleva a la vida plena. Aquí está nuestra esperanza: tenemos una vocación, una llamada a la vida.
Hoy podemos leer este pasaje Evangélico desde esta perspectiva: Dios desea la vida a todo ser humano. Si hijo, nuestro hermano, va por delante.
Leamos este Evangelio,y estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco