Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo XVII del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 11, 1-13.
Me parece increíble la actitud de Jesús ante la petición de uno de sus discípulos: «enséñanos a orar»: le atiende, y acto seguido le invita a llamar a Dios «Padre». El Señor presenta una total disponibilidad ante la petición del discípulo.
Según avanza el Evangelio, vamos viendo cómo dirigirnos a Dios, deseando que venga pronto su Reino, confiando, insistiendo. Seguramente, actitudes que vive Jesús.
Hoy podemos contemplar así al Señor: hombre orante, disponible, confiado, insistente: «orad sin desfallecer»
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco