Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Martes de la semana XVIII del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Mt 14, 22-36.
Es bonito ir leyendo despacio, muy despacio, todo este relato para irlo saboreando.
Lo primero es ver cómo el Señor está sobre la tempestad. ¿Cuantas tempestades arrasan nuestra vida?¿Cuantas veces somos víctimas de la angustia y de diferentes fracasos o problemas? El Señor está por encima, y nos dice «no temais»
Metidos en la tempestad, que dura «su tiempo», ¿no sucumbimos al miedo? Como Pedro.
E igual que a él, Jesús nos toma de su mano.
Nos hace tanta falta crecer en la confianza… A veces somos un poco, o un mucho, fanfarrones, como Pedro.
Hoy podríamos leer este texto, y al contemplar a Jesús, pedirle al Señor crecer en la confianza en Él.
Pongamos nuestra vida en sus manos.
José Luis, vuestro Párroco