Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo XX del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 12, 49-53.
Un texto, para mí, complejo. ¿A qué se refiere el Maestro con eso de que viene a traer división?
No creo ser original si afirmo que la vida es complicada, y con frecuencia afrontamos algún conflicto. Conflictos que van desde lo más básico, hasta lo mas grande; desde lo personal y familiar, hasta lo social, nacional e internacional… Conflictos que a veces dependen mucho de la psicología de las personas…
Jesús no era una persona conflictiva; era el hombre realmente abierto a los demás…
Ahora bien, no se echaba para atrás ante el conflicto originado entre el choque del Reino de Dios con los valores que a veces circulan en nuestro mundo, en el choque de Dios con el mal.
Está es la clave de este Evangelio: vivir en cristiano a veces nos acarrea problemas; Jesús mismo los sufrió. Y se mantuvo fiel hasta el final.
Hoy podemos contemplar al Señor así cuando leamos este texto: el hombre siempre fiel a Dios, por tanto siempre fiel a la misión.
José Luis, vuestro Párroco