Para leer el Evangelio: jueves 21 agosto 2025

Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.

Jueves de la XX semana del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Mt 22, 1-14.

Como ayer indicaba, las parábolas no pueden tomarse en un sentido literal. Podríamos encontrar tremendas incoherencias, o hasta injusticias, en ellas.

Hay que buscar el sentido profundo de la narración.

Lo primero es el deseo de un rey de celebrar la boda de su hijo: ¿con quien se va a casar? No dice nada de ello, pero tal vez podamos aquí, en este primer momento, un anuncio del amor intenso del Padre. Tanto que lo más entrañable suyo, su hijo, se va a casar con…¿la humanidad? No podemos saberlo, pero aquí encontramos un deseo de celebrar el amor. De alguien muy cercano, su hijo.

Este rey no se guarda para si la fiesta ni el amor, sino que invita. Invita a unos y a otros. Y busca acercarse. Sigue convocando e invitando.

Y llegamos, al menos para mí, a la parte más difícil de la parábola: el invitado sin traje. Lo que nos pide el rey es la apertura a la fiesta, al amor. No llevar ese traje de fiesta, igual es sinónimo de falta de apertura al amor.

Hoy podemos contemplar al Maestro dándonos a conocer como Él entiende a Dios: el rey que celebra el amor, que busca y convoca, y que nos pide apertura a Él, a la fiesta, al amor.

Estemos con Él.

José Luis, vuestro Párroco