Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles de la XXIII semana del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 6, 20-26.
El Señor contrapone hoy las bienaventuranzas con las maldiciones llevandonos a pensar donde está nuestro corazón…
¿Donde está el suyo? Él es el pobre, el que llora, el hambriento, el que es difamado…pero es dichoso porque espera en el Padre, y sabe que nunca va a ser abandonado.
¿Cual es nuestra actitud cuando vivimos alguna de estas realidades?
Nos hace falta estar con Él, para vivir como Él.
José Luis, vuestro Párroco