Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Lunes de la XXIV semana del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Día 15 de septiembre, Nuestra Señora de los Dolores.
Lecturas: Jn 19, 25-27.
Estamos ante un momento dramático, delicado, duro: el Señor, colgado en la cruz, agoniza y se fija en el dolor de su Madre, que es de las pocas personas que le acompañan, y están a su lado.
Hoy podemos descubrir la preocupación, y el amor, del Hijo por su Madre. Por encima de su propio dolor, Jesús se sigue preocupando por los demás.
También podemos descubrir la gran fidelidad y fe de María. A pesar de no entender, como tantas veces nosotros en nuestra vida, cuando ocurren acontecimientos que nos superan, ella, en cambio, sigue estando al lado, y sigue confiando en Dios.
Aprendamos hoy de Jesús, y de María.
José Luis, vuestro Párroco