Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles de la XXIV semana del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 7, 31-35.
Un texto como muy de la sabiduría popular, pero que a primera vista parece poco revelatorio. Parece que nos habla de aquellos que nunca están contentos con nada. Todos tenemos la experiencia de conocer a alguien que siempre está descontento con lo que le rodea. Sea blanco o negro. Siempre descontentos .
Pero también podemos descubrir en este texto facetas de la forma de ser de Jesús.
El Señor critica a su generación, o a algunos de ellos, por su continuo rechazo. Aquí podemos descubrir una faceta del Señor: es capaz de descubrir la presencia de Dios en lo que acontece y ocurre. Por ello critica a esa gente, incapaces de descubrir esa presencia, y siempre estar quejándose. Jesús descubre y vive esa presencia, y agradece de corazón la cercanía entrañable de Dios.
Hoy podemos contemplar así al Maestro: el hombre que vive la Presencia, y que nos invita a descubrir las huellas de Dios en la vida.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco