Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Domingo XXV del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 16, 1-13.
Para mí, es una parábola a veces árida: parece que el Señor alaba al sinvergüenza del administrador. Todo lo contrario.
Lo primero que hace Jesús es invitarnos a cuidarnos ante la obra del mal: es astuto y «sabe más» que nosotros sobre como manejar este mundo. Así también lo vivió el Señor.
Lo segundo es descubrir una faceta más del Maestro: la lealtad y la fidelidad. Jesús es tremendamente fiel y leal al Padre. Toda su vida es un canto de fidelidad a la tarea y misión encomendada. Así pues, nos invita a ser como Él.
Hoy, al leer este texto, podemos descubrir así a Jesús: el hombre que en mitad de este mundo camina con cuidado, despacio, discerniendo, que busca ser fiel a Dios.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco
