Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado de la semana XXV del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 9, 43b-45.
Es sorprendente este texto evangélico, continuación del de ayer.
El Señor está en la cumbre; ha sido reconocido por Pedro como el Hijo de Dios.
Y, sin embargo, se manifiesta como el hombre entregado hasta la muerte por amor.
Hoy podemos contemplar así al Señor: siempre fiel, entregandose totalmente para ser fiel al Padre y a la tarea de la salvación, fiel a su encarnación.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco