Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves de la semana XXVI del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 10, 1-12.
Estamos ante un discurso de misión de Jesús en San Lucas: el Señor envía a sus discípulos «y les da consejos». Consejos que muestran lo que vive Él mismo.
El Señor hoy se revela deseando ir a muchos pueblos, haciéndose presente a través de sus discípulos.
Jesús conoce muy bien sus dificultades, se siente como oveja entre lobos; se muestra confiado en el Padre (no llevéis alforja), portador de la Paz, anunciante del proyecto de Dios para el mundo, el Reino, y reconociendo que hasta por encima del rechazo del plan de Dios, está su deseo de armonía y amor para con la creación.
Si nos damos cuenta, por encima de todo Jesús presenta el deseo de Dios. Se siente siervo hacia la misión a Él encomendada. Una misión a la que todos los discipulos somos invitados a participar.
Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco