Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Sábado de la semana XXIX del Tiempo Ordinario (Ciclo C).
Lecturas: Lc 13, 1-9.
A veces ocurre cosas en la vida que no entendemos. Jesús también vivió experiencias imposibles de entender.
Como aquello que ocurrió a los galileos (estaban en el templo; Pilato oyó que en su tierra no era querido, y les mandó matar: su único crimen era ser de Galilea; una auténtica injusticia) y el desastre de la torre que al caer mata a gente. ¿Porqué ocurrieron aquellos acontecimientos, injusticia y desastre, igual que hoy siguen ocurriendo? No lo sabemos. Jesús tampoco lo sabe, pero aprovecha el momento para llamar, llamarnos, a la conversión.
Contamos con la paciencia de Dios, como termina el Evangelio, pero no por ello dejemos de buscar vivir unidos con el Padre, la auténtica conversión.
Hoy podemos contemplar asina Jesús: en mitad de un mundo complejo, vivamos unidos al Padre.
José Luis, vuestro Párroco
