Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Miércoles de la semana II del Tiempo de Adviento. Ciclo A.
Lecturas: Mt 11, 28-30.
Es asombroso como hoy se revela el Señor: manso y humilde de corazón, descanso para el alma.
En este pasaje, Jesús nos invita a acercarnos a Él con nuestras cargas y cansancios. Nos llama a dejar de lado nuestras propias fuerzas y a confiar en Su poder y amor. El yugo que nos ofrece no es un peso, sino una oportunidad para aprender de Él y encontrar descanso para nuestras almas.
He encontrado estás cuestiones, que nos pueden hoy ayudar:
¿Qué cargas o preocupaciones te agobian en este momento?
¿Estás dispuesto a dejarlas en manos de Jesús y a aprender de Él?
¿Qué significa para ti «descanso para tus almas»?
Contemplemos a Jesús, descanso, manso y humilde, y acerquémonos a Él.
José Luis, vuestro Párroco
