Con estas palabras no pretendemos explicar ni suplantar el Evangelio diario, sino dar pautas para contemplar esta lectura, sabiendo que lo fundamental es leer, saborear y gustar internamente el Evangelio, descubriendo más hondamente como es el Señor.
Jueves de la semana III del Tiempo de Adviento. Ciclo A.
Día 18 de diciembre.
Lecturas: Mt 1, 18-24.
Estamos ante un Evangelio para contemplar y saborear, para leerlo lentamente, y visionarlo para «meternos» dentro de él.
Según avanzamos en la lectura, podemos admirar la figura de José: el hombre justo, bueno, que actúa con bondad. Incapaz de hacerle algo malo a alguien, aún cuando la ley se lo permita.
También podemos fijarnos en Dios, por supuesto. Se acerca, me vale de medios para que José le entienda, nos muestra su deseo: la salvación de la humanidad, aún a vista de enviar lo más querido para Él: su propio Hijo.
Hoy podemos contemplar así este Evangelio en este tiempo prenavideño: la figura bondadosa de José, y el proyecto admirable y asombroso de nuestro Dios.
José Luis, vuestro Párroco
