Martes II de Pascua (ciclo C).
Día 26 de abril, San Isidoro de Sevilla
Lecturas: Mt 5, 13-16.
Seguimos «rompiendo» el ciclo normal de Pascua, al fijarnos hoy en un hombre sabio, español, que desde el conocimiento de la ciencia de su tiempo, buscó a Dios, San Isidoro de Sevilla.
El Evangelio un día más nos presenta a Jesús, aunque Él esté hablando a sus discípulos y les enseñe y oriente.
Jesús es aquel que da sabor al mundo, es sal: su sabor es la vida. Dios llena de vida este mundo. Y, a la vez, Jesús nos da luz con sus buenas obras, nos indica el camino por donde avanzar, por donde ir.
Él es la sal y la luz, el modelo en quién nos podemos inspirar, a quien podemos sentir en nuestro interior, y por quién nos podemos dejar moldear, rehacer.
Estar con el Señor, sentirle en nosotros, nos puede transformar y hacernos sal y luz para donde estemos, por nuestra forma de ser, por nuestras buenas obras, las inspiradas por Él. Estemos con Él.
José Luis, vuestro Párroco